jueves, 27 de marzo de 2008

CALESITA DE COLORES



Cuando era niña, qué fascinación llegar a la plaza y subirme en la calesita!.
Era un momento de mucha alegría.
Recuerdo a un señor, que como un buen soldado levantaba en alto un objeto que tenía una llave insertada, "la sortija"
Nada ni nadie lograban que se moviera.
¿El objetivo del juego?, el niño que podía tomar la llave para sí, mientras la calesita giraba y antes que se detuviera, se ganaba otra vuelta gratis.

Siempre pensaba que nunca lo podría lograr, que eso era para los más inteligentes, para los más grandes y audaces, y yo jamás entraría en ese grupo.
Y así fue, jamás pude lograr atrapar la llave para mi.

Pero hoy, tantos años más tarde, recordando las cosas que me gustaban de niña, recordé esta situación y vinieron ideas a mi mente, más que ideas, realidades...




Desde pequeña, el mundo se abre a mí, comienzo a caminar por los senderos de mi vida, desafíos, muchos... diferentes unos de otros, fáciles, difíciles, ... desafíos.
Nunca voy a poder, es que no encajo en el nivel al que llegaré si paso por ese desafío.
No es para mi.

Y así me quedo..., disconforme pero quieta.
Con angustia..., pero quieta.

Comienzo a ver los colores, muchos, distintos, brillantes, opacos, alegres, tristes...
Llaman mi atención.
Me acerco, lo intento... al menos tengo eso.
Pienso de todo, de todo...
Noto a lo lejos la sortija, se acerca, en silencio murmura que me prepare, que no sufra, que no tema, que siga, que sonría, que estire mis brazos y la tome, que la alcance y la haga mía, mi premio, mi orgullo, el fruto de mis lágrimas.

El intento, la desolación, el fracaso..., el intento, la alegría, el alivio..., el intento...

Los colores, la sortija, la vida, intentar, vivir, lograr, sentir... jugar... disfrutar...

La vida da vueltas, la calesita gira y no pregunta, se mueve, te empuja, te lleva...

Tu premio espera, aguarda... tu logro te llama, te anuncia, susurra...

Jugar... la vida... intentar...

1 comentario:

facu dijo...

hola che soy facu tu hermano, lejano ahora jeje, que lindo la calesita, el otro dia fui a la calesita de la plaza de el trebol donde ibamos tanto de chiquitos y todos no peleabamos por el caballo negro del zorro!! jaja que locura, sigue igual y tan llena de magia como sienpre solo hay que detenerse para soñar un rato, ya estamos grande pero los recuerdos siuen vivos como antes, bueno me gusto mucho lo que escribiste, un beso, facu.